La otra noche soñé que estaba regresando a casa, pero el camino era larguíimo y no acababa de llegar. Incluso llegó un momento del sueño en que tuve que detenerme porque había llegado a las raíles de un tren y yo sabía en el sueño que aquellas raíles eran las fronteras que me separaban de mi casa pero estaba atenta a pasar porque tenía miedo que en ese mismo momento llegara el tren. Y en efecto el tren llegó y me pasó por delante a mí y a otras dos señoras que estaban allí esperando.
Allá por los años 70 cuando apenas era una niña mi bibliotecaria me regaló un libro de cuentos de Guy de Maupassant, y fue tanto mi entusiasmo por este libro que en menos de cuatro días ya me lo había leído completo. Fui una niña que perfería los libros de historietas y novelas antes que a las muñecas, así que cuando más tarde cayó en mis manos Impaciencia del corazón, de Stefan Zweig me dije: Yo quiero escribir como ellos”. Desde entonces no hago otra cosa que intentarlo.
Blog de la escritora Marilyn Estévez
Soy la que soy y no pretendo ser otra. Cuanto he hecho hasta hoy ha sido siempre con la idea de hacer el bien y ser mejor cada día. Escribo desde que recuerdo, porque las ideas llegan en cualquier momento de la jornada donde me encuentre, lo mismo da una parada de ómnibus, que en espera de la metro; basta un segundo en que esté a solas conmigo misma; las palabras me rodean, me incitan, y ya no puedo hacer otra cosa que coger un papel y dejar que renazcan, fluyan, párrafos e historias que después les cuento en espera que les guste y me hagan llegar sus comentarios de alguna forma. Amo la sinceridad y a los amigos. Amo a quien es generoso y a quien no maltrata a los animales.
He creado este nuevo blog con la idea de no alejarme nunca más, mientras Dios lo quiera. Aquí contaré mis vivencias, secretos, mis sueños y de lo que escribo.
A todos espero les guste.
Miles de saludos desde un pedacito de mi mundo.
domingo, 18 de mayo de 2014
La otra noche
La otra noche soñé que estaba regresando a casa, pero el camino era larguíimo y no acababa de llegar. Incluso llegó un momento del sueño en que tuve que detenerme porque había llegado a las raíles de un tren y yo sabía en el sueño que aquellas raíles eran las fronteras que me separaban de mi casa pero estaba atenta a pasar porque tenía miedo que en ese mismo momento llegara el tren. Y en efecto el tren llegó y me pasó por delante a mí y a otras dos señoras que estaban allí esperando.
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