Blog de la escritora Marilyn Estévez


Soy la que soy y no pretendo ser otra. Cuanto he hecho hasta hoy ha sido siempre con la idea de hacer el bien y ser mejor cada día. Escribo desde que recuerdo, porque las ideas llegan en cualquier momento de la jornada donde me encuentre, lo mismo da una parada de ómnibus, que en espera de la metro; basta un segundo en que esté a solas conmigo misma; las palabras me rodean, me incitan, y ya no puedo hacer otra cosa que coger un papel y dejar que renazcan, fluyan, párrafos e historias que después les cuento en espera que les guste y me hagan llegar sus comentarios de alguna forma. Amo la sinceridad y a los amigos. Amo a quien es generoso y a quien no maltrata a los animales.
He creado este nuevo blog con la idea de no alejarme nunca más, mientras Dios lo quiera. Aquí contaré mis vivencias, secretos, mis sueños y de lo que escribo.
A todos espero les guste.


Miles de saludos desde un pedacito de mi mundo.

jueves, 3 de mayo de 2012

Volver



Sentada sobre una piedra Adelena mira hacia el mar.
Adedelena piensa en el joven Caden que ha conocido tres meses atrás y que la noche pasada ha vuelto a ver en la fiesta que preparó su padre para despedir a los que partirían hacia el nuevo mundo. Adedelena piensa en que fue bonito volver a verlo, pero piensa también en que ninguno de los dos tuvo valor para pronunciar palabra. Adedelena piensa en esto y no ha escuchado los pasos de Laderina que se ha acercado a sus espaldas. Laderina ha adivinado todos los pensamientos de su hermana y así inicia un diálogo entre las dos musas, sin necesidad de abrir los labios:

-No hay mal que por bien no venga.
           -Lo sé, pero no me acostumbro a la idea.
           -Qué coincidencia. Él tampoco.
           -¿Qué habrá hecho después que me vio?
           -De hacer no hizo nada, pero pensó mucho.
           -¿Qué habrá pensado?
           -Tantas cosas. Sobre todo: ¡Al fin!
           -Pero ahora, ¿qué hará lejos de mí?
           -Los días serán largos, ganará gloria y nombre, y en las noches... estás tú.
           -Pero estoy lejos.
           -No importa. La distancia es corta si tu recuerdo lo acompañas.
           -Yo lo amo.
           -Él no lo sabe. Demostráselo.
           -¿Cómo hago?
           -Podrías preguntarle del tiempo, la hora, ¿qué tal?
           -Ya se agotó el tema.
           -De todas formas él vendrá a ti.
           -Lo intentaré.
           -Lo lograrás.

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