A lo largo de mi vida he leído muchísimos libros, tantos que he perdido la
cuenta. De cada uno de ellos conservo un recuerdo, positivo o negativo que sea.
En el caso de los positivos vuelvo a leerlos otra vez con el paso del tiempo.
Este es el caso de La nada cotidiana de Zoé Valdés.
“La nada cotidiana” es mi novela favorita de esta autora. La leí casi seis
años atrás y hoy (después de tres días de lectura) he vuelto a sentir las
mismas emociones de la primera vez, cuando ésta novela me cautivó por su tema
de fondo, un buen logrado corte social, ambientado en Cuba en los primeros años
del período especial, donde una Cuba abatida y triste, llena de carestía sobre
todo alimentarias, debe luchar por la sobre vivencia. Donde es algo cotidiano
cambiar un paquete de café por una pastilla de jabón, llegar a casa y darse cuenta
de que no hay corriente eléctrica o utilizar una toalla vieja al puesto de las
frazadas de piso. Es en este período que una joven cubana de nombre Patria nos
cuenta sus peripecias para ser aceptada
por su primer amor, (el traidor) un escritor sin escrúpulos y con quien ya,
poco a poco, siente solo una adicción incontrolable, deseos de humillado, de
hacerle pagar todas las que le hizo, así dice ella, y que de cosas son muchas
las que nos contará a lo largo de toda la historia.
Por eso, 10 puntos para Zoé por la valentía y el coraje y otros 10 puntos
por aceptar las críticas, cuando llegan.
3 comentarios:
Gracias, un saludo cordial.
Muy buena crítica.
Le deseo éxitos.
Oh!!
Zoé Valdés en persona!!! No me lo creo todavía.
Gracias por la visita. Un saludo y un abrazo bien grande desde mi pedacito de mundo.
Frida M.
Gracias a ti también por visitarme y leerme. Un saludo con mucho cariño desde Italia.
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