Cuando la
gente preguntaba por qué no tenía hijos, respondía que nunca tuvo tiempo, que
los hijos son un estorbo para quien le gusta dormir y hacer practicamente... nada,
y las personas se alejaban convencidas que era extraña y deshumana. Otros pensaban
que alguna enfermedad le había consumado los ovarios quitándole el don de tener
hijos. Pero todos con sus raras fantasías estaban bien lejos de la realidad porque
Elisa sí podla tener hijos y los había deseado con todas sus fuerzas pero se
había casado con un hombre déspota que nunca la quiso y el tiempo pasó y pasó sin
que este hombre hubiese querido tener hijos y cuando mucho años después este
hombre se fue ya Elisa era demasiado vieja para poder concebir.
Aquella
mañana sentada en la parada, esperando el autobus que la llevaba tdos los días
hacia el trabajo una mujer se le acercó y depués de hablarle por un rato de
sencilleses de alguna forma el tema volvió a recaer sobre el asunto de los
hijos. La mujer le dijo que una mujer sin hijos era como una vaca sin leche y esta
vez y por primera vez Elisa no respondió como respondía siempre pero tampoco
dijo nada. Cuando subió al autobus no dejaba
de pensar y por primera vez después de tanto tiempo fue sincera consigo misma y
se echó a llorar.
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