Tantas veces
te haces la misma pregunta. ¿Qué daño habré hecho en otra vida para merecer
este castigo?
La pregunta
viene siempre cuando estamos tristes,
cuando nos ha ocurrido algo muy feo y horrible de que no quisiéramos ser protagonistas.
¿Por
qué a mí? ¿Por qué siempre a mí?
Porque hay cosas que en el momento en que ocurren nos parecen tan injustas que siempre nos hacemos esas preguntas. Sara, yo pienso que Dios sabe lo que hace con nosotros y por qué lo hace y
Él nunca te
abandona.
Cuando piensas que no está a tu lado es porque te lleva en sus
brazos.
Y cuando ya ha pasado el tiempo, cuando ya no nos duele la herida
y por eso podemos hablar con tranquilidad de lo que pasó tanto tiempo
atrás, tal vez nos echamos a reír y diremos aliviados:
Gracias, mi Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario